¿Por qué nace la «Hechos reales con corazón»: una apuesta por lo humano en un mundo saturado de ruido?
Durante mucho tiempo, he tenido miedo de dar este paso.
Y cuando digo miedo, no hablo de ese susto momentáneo que te acelera el corazón durante un segundo. Hablo de ese otro miedo. El que se te mete dentro y se disfraza de excusa:
“No es el momento”.
“No tengo nada nuevo que decir”.
“Ya hay demasiadas voces por ahí escribiendo”.
Quizás tú también has sentido ese miedo alguna vez. El de exponerte. El de lanzarte sin red. El de compartir algo tuyo sin saber cómo será recibido.
Pero he aprendido algo con los años: el miedo no siempre es una señal de peligro. A veces es una pista. Una señal de que lo que está al otro lado importa.
Yo he sentido ese miedo muchas veces. La primera vez que hablé en público. La primera vez que escribí un libro. La primera vez que me atrevió a decirle a alguien que le quería. Y ahora, también con esto.
Porque, aunque llevo toda la vida compartiendo desde el corazón, abrir un canal como este me ponía en jaque.
Hasta que entendí que si hablo de Networking con Corazón, también tengo que escribir con corazón. Y eso implica mostrarme, incluso cuando tiemblo.
Lo que me empujó a lanzarla
Hace unos meses, empecé a escribir algunos artículos. Sin muchas expectativas. Como quien lanza una botella al mar.
Y lo que recibí fue inesperado: respuestas. Lectores. Historias de vuelta. Comentarios que hablaban de lo que no se suele contar en público.
Me di cuenta de algo: cuando compartes desde lo real, conectas.
Y entonces me dije:
“Si ya hay una conversación abierta, ¿por qué no seguirla de forma más cercana, más constante, más consciente?”
Además, esta decisión no la he tomado solo. Estoy montando un equipo magnífico que me llena de confianza. Personas que creen en mí incluso cuando yo dudo, que me impulsan a ser mejor y que me hacen sentir que puedo con todo. Son ese tipo de personas que te sostienen sin pedir nada, que te recuerdan que no estás solo y que el corazón siempre tiene sentido.
Así nace esta «Hechos reales con corazón». No por estrategia. No por marca personal. Sino por necesidad humana.
Porque todos necesitamos, de vez en cuando, un espacio donde nos hablen al alma.
En un mundo ruidoso, la palabra honesta es un acto de rebeldía
Vivimos rodeados de contenido. De opiniones. De consejos. De posts virales. De frases bonitas que se olvidan al instante.
Y sin embargo, lo que más falta nos hace es algo mucho más simple: verdad.
Nos han hecho creer que solo vale lo que se mide. Que mostrar vulnerabilidad es sinónimo de debilidad. Que si no vendes, no existes.
Pero ¿y si fuera al revés?
¿Y si lo que realmente conecta no es lo perfecto, sino lo sincero?
¿Y si lo que más valoramos no es el dato, sino la historia?
Un estudio de Stanford demostró que las historias emocionales se recuerdan 22 veces más que los datos fríos. Fuente
Y no me extraña. Porque cuando alguien se abre y cuenta algo que le duele, que le importa, que le atraviesa, lo escuchas de otra manera.
Yo mismo, que llevo años escuchando personas, puedo confirmarlo: nada deja más huella que un corazón que se atreve a hablar.
Escribir como forma de escuchar
«Hechos reales con corazón» no nace para que solo me leas.
Nace para que nos escuchemos. Para que generemos una conversación diferente. Más lenta. Más honesta. Más real.
Porque en medio del scroll infinito, a veces necesitamos parar. Respirar. Leer algo que no venga a vendernos nada, sino a acompañarnos un rato.
Yo no vengo a darte fórmulas. Ni a enseñarte a escalar en redes. Ni a explicarte cómo multiplicar tus KPI.
Vengo a hablarte de personas. De relaciones. De errores que enseñan más que mil éxitos. De conversaciones que no caben en una story. De reflexiones desde lo humano.
Vengo a compartir historias que, si te tocan, ya habrán cumplido su función.
Si tú también has sentido esto…
Si alguna vez has tenido miedo de dar un paso.
Si alguna vez te has preguntado si lo que tienes que decir importa.
Si alguna vez has dudado de si merece la pena mostrarte tal como eres…
Entonces este espacio también es para ti.
Porque aquí no hay expertos. Hay humanos. Que tropiezan. Que intentan. Que se emocionan.
Las relaciones nos salvan
El famoso estudio de Harvard sobre la felicidad, del cual soy muy fan, lo confirma: el principal factor que determina una vida larga y feliz son las relaciones humanas. No el dinero. No la fama. Las personas. Fuente
Y sin embargo, dedicamos cada vez menos tiempo a cuidarlas. A cultivar esos vínculos que nos sostienen.
Por eso creo que compartir desde el corazón es un acto de generosidad, pero también de resistencia.
Porque cuando construyes lazos desde lo real, no solo conectas con otros: te reencuentras contigo.
El miedo bien gestionado es una invitación
Muchos expertos coinciden en algo que me ha cambiado la mirada: el miedo, si lo escuchas sin dejar que te domine, te señala el camino.
No es un freno. Es una frontera. El límite entre lo que conoces y lo que podrías descubrir.
El experto Julio de la Iglesia lo explica muy bien: enfrentar el miedo nos permite crecer, adaptarnos y, sobre todo, vivir desde la verdad.
«Hechos reales con corazón» nace desde ahí. Desde esa verdad que a veces da miedo contar, pero que nos hace libres cuando la compartimos.
Gracias por estar aquí
Gracias por leerme. Gracias por quedarte. Gracias por recordarme que vale la pena escribir, incluso cuando uno no está seguro de cómo saldrá.
«Hechos reales con corazón»es un experimento. Un espacio para probar. Para fallar. Para volver a empezar. Pero, sobre todo, para sentirnos cerca.
Si algo de lo que leas aquí te remueve, te inspira o simplemente te hace sonreír, ya habrá valido la pena.
(Y si quieres recibir cada nuevo artículo directamente desde LinkedIn, puedes suscribirte a l«Hechos reales con corazón» aquí:
👉 Suscribirte en LinkedIn https://www.linkedin.com/build-relation/newsletter-follow?entityUrn=7334148338004471808
Seguimos.
Con corazón.
Siempre.