Cómo las redes sociales afectan nuestra autoestima y qué podemos hacer para compartir de forma más auténtica
El error más común en redes sociales
Durante años confundí valor con apariencia.
Mostraba logros, fotos de éxito, cosas bonitas. Pensaba que eso inspiraba. Pero no me daba cuenta de que, sin querer, generaba lo contrario: comparación, frustración, presión.
No lo hacía por ego. Lo hacía por costumbre.
Porque eso es lo que muchas veces aprendemos: que lo que vale es lo que se ve.
Las redes sociales han convertido nuestras vidas en escaparates. Pero, ¿realmente eso nos conecta con los demás?
Spoiler: no.
Redes sociales y autoestima: una relación complicada
Vivimos rodeados de vidas perfectas… o eso parece.
Abdominales imposibles, coches de lujo, viajes soñados, relaciones idílicas. Todo a golpe de scroll.
Y cuando tu vida no se parece a eso, sientes que fallas. Que no estás a la altura.
Esa comparación constante no es inocente.
Y la ciencia lo confirma.
Lo que dicen los estudios sobre redes y salud mental
📌 Universidad Camilo José Cela (UCJC):
Un estudio reveló que el 55 % de los síntomas de ansiedad y el 52 % de los de depresión están relacionados con el uso intensivo de redes como Instagram o TikTok.
👉 Ver estudio
📌 Universidad Pompeu Fabra + UOC:
Uno de cada cinco adolescentes pasa más de dos horas al día en TikTok. Esta sobreexposición se relaciona con baja autoestima, ansiedad y pensamientos suicidas.
👉 Ver artículo
📌 Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI):
La adicción a redes sociales influye en más del 50 % de los casos de ansiedad juvenil en España.
👉 Ver informe
¿La conclusión? La imagen idealizada que mostramos en redes puede tener un impacto directo en nuestra salud mental.
¿Y si cambiamos el foco?
Podemos usar las redes para impresionar.
O para conectar.
Podemos alimentar el ego.
O compartir el alma.
Esa elección es nuestra. Y no hace falta ser influencer, ni experto. Solo hace falta haber vivido. Haber aprendido. Y atreverse a contarlo.
¿Qué significa compartir valor?
Compartir valor es hablar de errores y aprendizajes.
Es mostrar el proceso, no solo el resultado.
Es abrir una puerta para que otros no se sientan solos.
Muchas veces, alguien necesita exactamente eso que tú ya has vivido.
Y si no lo cuentas, ese alguien seguirá creyendo que está solo en su dolor.
Compartir valor no es exhibirse. Es exponerse con propósito.
Una historia real
En una charla, conté una de las peores decisiones que tomé en mi vida profesional. No fue fácil. Dudé.
Pero al acabar, varias personas se acercaron solo para darme las gracias.
Me dijeron:
“Gracias por contarlo. Me sentí reflejado.”
“Pensaba que era el único que había fallado así.”
Ahí lo entendí: lo que más conecta no es la perfección.
Es la verdad.
Conclusión: mostrar quién eres es el nuevo éxito
Podemos seguir mostrando lo que tenemos.
O podemos empezar a compartir lo que somos.
Podemos seguir alimentando el escaparate.
O podemos encender faros.
Yo elijo lo segundo.
Porque si algo he aprendido es que lo que transforma no es la apariencia, sino la autenticidad.
¿Y tú?
Si tú también estás cansado de las máscaras…
Si quieres usar las redes para construir, no para competir…
Si crees que compartir valor es compartir humanidad…
Entonces ya sabes por dónde empezar.
Empieza por ti.
Por tu historia.
Por tu verdad.
Ahí está tu verdadero poder. Este fue el reel que me inspiro a escribir
🌱 Si esto te ha resonado…
Y sientes que ha llegado el momento de compartir valor desde lo que eres, no desde lo que aparentas…
Sigue mis enseñanzas en mi newsletter, donde te cuento qué herramientas me ayudaron a transformar el escaparate en una ventana.