Cuando el propósito lidera, la rentabilidad llega sola: el círculo de oro, el liderazgo humano y el impacto social que inspiran empresas con alma.
A veces me preguntan qué hace rentable un negocio. Y siempre contesto lo mismo: la rentabilidad sin alma es la forma más rápida de perderlo todo.
Sé que suena extraño, sobre todo en un mundo que aplaude el beneficio por encima de todo. Pero lo repito sin miedo: si sólo buscas rentabilidad, acabarás sin propósito… y sin rentabilidad.
Durante años me he cruzado con empresarios brillantes que lo tenían todo: talento, dinero, equipo. Pero les faltaba una cosa. Les faltaba el por qué.
No sabían para qué hacían lo que hacían.
Y sin eso, todo se acaba rompiendo.
El error más caro del mundo
Hemos confundido éxito con facturar, crecer con expandirse y rentabilidad con acumular.
Y así nos va.
Convertimos los negocios en máquinas de rendimiento, pero nos olvidamos de que la gente no compra lo que haces, compra por qué lo haces.
Lo explicó Simon Sinek con una sencillez brutal en su charla TED sobre el Círculo de Oro. Si no la has visto, párate diez minutos y hazlo. Vale más que un MBA:
👉 Empieza con el porqué | https://www.ted.com/talks/simon_sinek_how_great_leaders_inspire_action?subtitle=es
Sinek defiende que los líderes y empresas que inspiran de verdad no parten del “qué” ni del “cómo”, sino del por qué.
Ese propósito es lo que conecta con las personas, lo que fideliza a los equipos, lo que diferencia a las empresas que dejan huella de las que solo dejan facturas.
Y si quieres ir más allá, su libro Empieza con el porqué debería estar en todas las mesillas de noche de quienes lideramos con corazón:
📚 Empieza con el porqué – Simon Sinek (Amazon)
Apple: no te venden ordenadores, te venden libertad
Piensa en Apple. No es solo una marca. Es casi una religión. Pero no porque hicieran ordenadores.
Apple nació con un propósito claro: romper las reglas y empoderar a las personas para que piensen diferente.
No se conformaron con vender productos tecnológicos. Quisieron desafiar el statu quo.
Steve Jobs no hablaba de gigas ni de procesadores. Hablaba de creatividad, de elegancia, de conexión humana. Y por eso Apple conectó.
Porque entendieron algo esencial: cuando comunicas desde el propósito, el producto se convierte en una herramienta, no en el centro del universo.
Hoy Apple vende desde ese lugar: el del estilo de vida, la identidad, la diferencia.
Y lo más importante: siguen haciéndolo décadas después.
Su rentabilidad no nació del dinero. Nació del alma.
Rentabilidad sin pasión, sin impacto, sin juego… no es rentable
Ninguna gran empresa del mundo nació sólo por dinero.
Google quería organizar el conocimiento del planeta.
Tesla quiere acelerar la transición energética.
Patagonia defiende la naturaleza desde la ropa.
LEGO construye creatividad a través del juego.
Incluso Danone nació con el propósito de mejorar la salud digestiva de los niños de Barcelona en 1919.
Todas ellas tienen algo en común: empezaron por el “por qué”.
El dinero vino después. Nunca antes.
Porque la verdadera rentabilidad se encuentra cuando te brillan los ojos al hablar de lo que haces.
Cuando tu equipo siente que está construyendo algo más grande que un Excel.
Cuando las personas te agradecen lo que aportas, no sólo lo que vendes.
La ciencia lo confirma (y el alma también)
No es solo intuición. Ni filosofía barata. Es evidencia.
Un estudio conjunto del EY Beacon Institute y Harvard Business Review analizó a más de 470 líderes de grandes empresas de todo el mundo. ¿El resultado?
El propósito no es un “extra”. Es un motor.
- El 89 % de los directivos afirmó que tener un propósito claro aumenta la satisfacción de los equipos y la fidelidad de los clientes.
- El 84 % reconoció que impulsa la transformación interna.
- Pero solo el 46 % se atrevía a decir que ese propósito estaba realmente integrado en su estrategia diaria.
La conclusión es demoledora: la mayoría sabe lo que hay que hacer, pero pocos lo hacen de verdad.
Y ahí está la diferencia entre las empresas que inspiran… y las que desaparecen.
Porque tener propósito no es colgarlo en la pared. Es vivirlo. Respirarlo. Defenderlo.
Es dejar que ese “para qué” se cuele en cada decisión, en cada reunión, en cada conversación.
Y cuando eso pasa, lo que antes era una empresa, se convierte en una causa compartida.
👉 Puedes leer el estudio completo aquí: The Business Case for Purpose – EY & Harvard Business Review (PDF)
Quizá sea momento de dejar de perseguir cifras y empezar a construir sentido
No te digo que ignores la rentabilidad. Te digo que la pongas al servicio de algo mayor.
Haz que tu trabajo transforme.
Haz que tu liderazgo inspire.
Haz que cada día tenga un “para qué” que te haga sonreír.
Si te rodeas de personas con alma, si buscas crear valor real, si entiendes que el dinero es consecuencia y no motor…
verás cómo la rentabilidad se convierte en algo más profundo: en impacto.
Porque si solo buscas dinero… acabarás vacío.
Pero si buscas transformar, mejorar, inspirar y compartir…
el dinero vendrá. Y no estarás solo.
Si todavía quieres saber más al respecto, te comparto este maravilloso resumen de mi buen y admirado amigo @Luis Ramos
📊 El círculo dorado de Simon Sinek: encuentra tu propósito (Libros para emprendedores )
Si tú también sientes que ha llegado el momento de reconectar con tu por qué, te invito a ver el vídeo donde comparto esta reflexión desde el corazón:
🎥 Ver reel de Cipri
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